Con mi amiga tenemos un diálogo así:
-No, no voy a poder ir- dice ella.
-¿Por qué?- pregunto.
-Es que tengo un cumpleaños de un tío.
-Hummm- digo ante la dudosa excusa consanguínea.
-Lo que pasa es que no es un cumpleaños cualquiera cumple 101 años.
-Ah, uy.
-Jajajajaj.
-¿Qué paso?
-No, acá, que me acaban de decir: “Y no es vegetariano”
-Jejeje.
Me rio porque vale el desahogo, está bueno. El tema de dejar de comer carne parece estar en todo. Que ¿quiere vivir más años?: Deje la carne. ¿Preocupado por la deforestación? Deje la carne. ¿Hambrunas? Deje la carne, ¿Agua? D.L.C. Qué niño más grosero. D.L.C. Y está bien, se queja el interlocutor sobrecargado, parece que la carne no es lo que nos imaginamos, pero tampoco, tampoco.
Es cierto, podemos hablar de mil cosas, busquemos, por ejemplo un problema que no tenga que ver con comer carne, un problema de esos de difícil solución: el reguetón por decir algo. Un tema que nada tiene que ver con el asunto de comer animales muertos. Aunque no falta el que diga que el índice de regetoneros vegetarianos es mucho menor que el de rockeros. Y eso también es cierto. Entonces el regetón tampoco, pero se puede hablar de astrofísica, de goo, matemáticas aplicadas, variables compuestas, de contratiempos musicales, infinidad de cosas. Descansemos un poquito. ¿Okey? Okey.
Además siempre está también el tema del tío, o del primo, que come carne, tiene tantos años y no le ha pasado nada, mientras aquel otro que se cuidaba tanto, y mírelo. Vale, es verdad, es cierto, ya está bueno de relacionarlo todo, démonos unas vacaciones, un descansito nunca cae mal.
Pero… ¿y qué pasará cuando acaben las vacaciones? No hay vacaciones eternas y al final, querámoslo o no, ahí estará de nuevo el asunto de la carne y sus múltiples implicaciones y relaciones. No lo podemos negar. Si bien está claro que hay muchos temas que no, hay muchos temas que sí y vacaciones más vacaciones menos, el interrogante seguirá en el aire, por más que queramos ignorarlo o tratemos de tapar el sol con un primo.
…
-Jajajajaj.
-¿Qué paso?
-No, acá, que me acaban de decir: “Y no es vegetariano”
-Jejeje. Imagínese que lo fuera.
Ayuda!!!!
Tal vez puede motivar a alguien a cambiar su vida…
Pucha no sé como hacerlo, tengo sentimientos encontrados, me gusta la
carne, me gustan los asados, en mi familia siempre se han hecho, casi
como rituales para reunir a la familia.
Pero mi sentimiento de culpa, y pena es tremendo… no creo que esté
mal comer carne pero creo que no se puede hacer sufrir a un animal
indiscriminadamente como lo hacen en los mataderos… ese es mi
problema, plisss consejos.!!!!