La semilla es el primer eslabón de la cadena alimentaria. Sin embargo, las productoras de semillas son invisibles para el modelo industrial de producción de los alimentos y los regímenes de propiedad intelectual. Para sembrar la justicia
alimentaria y de género, habría que mantener las semillas en manos de las mujeres y reconocer el conocimiento de las mujeres en cuanto a la biodiversidad.
La salud y la nutrición empiezan por la comida, y la comida empieza en las semillas. Las semillas
de la justicia alimentaria residen en la creación de sistemas alimentarios en los que las semillas estén en manos de las mujeres, y en los que su conocimiento sobre la biodiversidad sea la base de la seguridad alimentaria y nutricional.
Las mujeres han producido semillas durante siglos, y lo han hecho aportando mayor diversidad y
características que todos los sistemas de producción industrial de semillas reconocidos
formalmente. Ciencia y cultura confluyen en la producción de semillas llevada a cabo por las
mujeres.
La Revolución de la Cuchara Vegetarianismo, ecología y activismo
